No vamos a discutir si es verdad que la música reggae y sus ramificaciones (sobre todo el dancehall) han sido durante mucho tiempo, vehículo de mensajes homofóbicos especialmente violentos, porque es un hecho que así es, y el asunto ya no podría estar más documentado.
Muchos querrán, como lo hace Morodo cuando le tocan el tema en entrevistas, evadir la polémica sosteniendo odiosamente que "coge la Biblia, y te pone que hombre con mujer, y mujer con hombre", limitando cualquier posibilidad de un debate serio a las simplicidades irreflexivas (con el perdón de los creyentes) de los textos religiosos y sus dogmas.
Detengámonos un momento al respecto de los rastamen que como Morodo, defienden los textos bíblicos como argumento para justificar el "deber ser" de la heterosexualidad; Si usted es heterosexual, y además practica una religión que le dice que lo correcto es ser heterosexual, está perfecto. Viva feliz y en comunión con su dios heterosexual. Lo problemático es cuando aparece un Sizzla, o un Buju Banton, o un Capleton cantando canciones (que usted se ha bailado frenéticamente en Casa Babylon) acerca de desangrar, quemar o dispararle a los gays. Mero one love, ¿sí o qué?.
No me voy a referir mayormente a la evidente hipocresía que tenemos en frente. Me da jartera y sé que habría mucho dizque rasta indignado. Pero creo que sí conviene señalar la diferencia tan grande que existe entre profesar el "mandamiento divino" de la heterosexualidad, y ¿por qué no? a través de la música (ese es un derecho que nadie puede negarle, ni usted mismo debería negárselo), y en el otro extremo, hacer uso de una música tan difundida como el reggae para hacer una declaración de guerra (que más que guerra es un llamado a la barbarie y una amenaza de muerte) a las personas que decidieron tomar una opción (si es que la condición sexual fuera una opción, cosa que dudo seriamente) diferente a la que usted tomó. Acuérdese de ese asunto del amor de Jah, del I&I, del One Love y todo ese discurso alrededor del amor por el prójimo que se supone, hacen parte del Livity.
Prosiguiendo con el cuento que les relataba acerca de la exaltación de la homofobia y los mensajes a favor del exterminio violento de los homosexuales presentes en la música reggae, fundamentalmente, insisto, en el dancehall, música de aceptación y difusión casi universal, y por supuesto con una fuerte influencia de sus intérpretes sobre la cultura jamaiquina que a su vez influye sobre ellos, no cuesta mucho entender por qué razón en el año 2006 la revista Times se motivó a publicar un artículo acerca de Jamaica como uno de los lugares más homofóbicos del mundo.
Llama la atención especialmente que en el mismo lugar que sirvió de cuna para el One Love, si bien por ser homosexual no te matan como en Mauritania o Sudán, o te encierran de por vida como en Uganda, sí te condenan a 10 años de prisión y a trabajos forzados. ¿Nos vamos dando cuenta de cómo no sólo no podemos hablar de la religión como el único motor de este asunto de la homofobia en el reggae, sino de cómo se establece e influye una gran y nefasta tradición de la intolerancia y la violencia contra el libre ejercicio de la sexualidad, que en Jamaica existe desde antes del mismo Rastafari (El activista gay Peter Tatchell señala que la homofobia estuvo presente en la cultura jamaiquina desde el siglo XIX cuando fue introducida por los colonizadores británicos).?
Establecido el contexto, confieso que todo este blog no era más que una excusa para presentarles la venganza del Chi-chi man (para los que no estén relacionados con la terminología rasta, chi-chi man es algo así como maricón o loca, en cualquier caso, un término peyorativo para referirse al homosexual). Muchos ya lo conocen, puesto que en los 80s fue muy famoso el grupo Culture Club y muchos de ustedes y sus padres bailaron con el hit Karma Chameleon.
El cantante y líder de Culture Club, Boy George, siempre fue abiertamente gay, fue uno de los grandes amigos personales de Freddy Mercury, y pese a todo; Homofobia y su grandeza como estrella pop, fue (y es) un amante y experto conocedor de los ritmos jamaiquinos. Hacia finales de los 80s tras la disolución de Culture Club, George emprendió una carrera solista tal vez un poco menos mediatizada que Culture Club, pero con una propuesta musical, plástica y discursiva alrededor del activismo LGBT de una riqueza y complejidad admirables.
Eventualmente, George incursionó en los géneros del reggae, para desde adentro, estallar como una gran bomba gay que le incendió las pelotas a los fundamentalistas del reggae. Mi ejemplo favorito es el Dub Mix de Turn 2 Dust, una auténtica patada en las bolas de los homofóbicos artistas reggae jamaiquinos; Turn 2 Dust representa un triunfo de contenido y de forma de la tolerancia sobre los hermetismos y la homofobia a través de una letra inteligente y sensible acerca de la exaltación a la persecución homosexual liderada por músicos de reggae, musicalizado con excepcional genialidad y detalle, en forma de un dub de una categoría muy superior al común de las producciones jamaiquinas en este tipo de géneros.
¿Cuál es la cagada? Mientras el video oficial de Turn 2 Dust tiene 179.354 reproducciones en YouTube, el sólo audio de Boom Bye Bye de Buju Banton tiene 11'928.040. Así que invitadísimos todos a darle play y a compartir a Boy George! Acá les dejo el enlace.